Arthur, el perro triatleta
- Vitake Ecuador
- 5 mar 2016
- 2 Min. de lectura

Los perros no dejan de sorprendernos. Hoy os contamos la historia de Arthur, un perro que se merece una insignia Vitake Ecuador honorífica por su entrega y capacidad de resistencia.
Los perros son unos animales muy cariñosos que son capaces de hacer cualquier cosa por un poquito de ternura, por compañía o por una caricia.
Hoy rescatamos una tierna historia que aconteció en Sudamérica, el año pasado. Concretamente, el lugar fue la Reserva Ecológica del Antisana, en plenos Andes ecuatorianos. En la que un perro conoció a su nuevo dueño, al que conquistó tras una gesta digna de un triatleta de élite.
Pero antes vamos a ponernos en situación. Por un lado, en Quito, capital de Ecuador, abundan los perros callejeros y es algo que se podría extrapolar a todo el país y casi a todo el continente. Los perros campan a sus anchas, disfrutan de su libertad, pero sufriendo las inclemencias climatológicas y el hambre.
Por el otro, el Mundial de Aventura Huairasinchi Explorer, que cada otoño se celebra en Ecuador y en el que deportistas de todo el mundo compiten en una carrera multidisciplinar desde Quito hasta Mompiche. Esta carrera cubre una distancia de 700 kms, corriendo, en bici, remo, cuerdas…
Uno de los equipos participantes era el Peak Performance, que pasada la mitad de la larga competición, en un descanso en la jungla ecuatoriana, decidió darle una albóndiga a un hambriento perro callejero que les cayó simpático.

Lo que sucedió después sorprendió a todos los presentes. El perro decidió, sencillamente, seguir a aquel equipo fuera donde fuera. Tras kilómetros y kilómetros llegaron al tramo de kayak y pensaron que le perro desistiría pero se lanzó al agua y nadó junto a su embarcación hasta que lo subieron a bordo.
El tramo final a pie lo hizo corriendo con este grupo de triatletas que quedó completamente enamorado del can ecuatoriano.
Aburmado, un miembro del equipo, Mikael Lindnord, decidió llevarse al perro consigo hasta su país natal, Suecia, para acogerlo. Al llegar al aeropuerto de Estocolmo, el perro tuvo que estar 120 días en cuarentena y pasar un sinfín de controles sanitarios antes de conocer a su nueva familia.
Sin embargo, la historia no termina aquí, ya que Mikael, conmovido al pensar cuántos perritos estarán en la misma situación, decidió crear la fundación Arthur,nombre que el equipo decidió ponerle al perro, que recoge fondos y ayuda a perros abandonados a reintegrarse en la sociedad.
Una historia verdaderamente alucinante, ¿no creéis?
Os dejamos con un vídeo fotográfico que recoge la aventura del Peak Performance y de Arthur.
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