Enfermedades hereditarias - Displasia de Caderas en el Alaskan Malamute
Aunque el Alaskan Malamute es un perro muy fuerte y rústico, puede tener cierta predisposición a sufrir ciertos problemas de salud, muchos de ellos de origen hereditario. No todos son exclusivos de esta raza y algunos afectan a otros perros, incluso a los mestizos.
El estudio del pedigree al hacer un cruce entre dos animales es determinante puesto que algunas de estas taras aparecen en mayor medida en algunas lÃneas mientras que en otras no. En el caso de que se tenga conocimiento de antepasados enfermos, se deben hacer pruebasa los futuros reproductores para determinar si alguno está afectado, y evitar asà que transmitan estas patologÃas a los cachorros. Por eso es muy importante a la hora de adquirir un cachorro, preguntar al criador qué tipo de tests ha realizado a sus perros y qué certificados de salud poseen.
Que los padres estén sanos, no garantiza totalmente que el cachorro que compres no vaya a estar afectado por estas enfermedades, porque puede darse el caso de que los reproductores pueden ser portadores del gen causante, sin que estén afectados. Ya sé que te estarás preguntando para qué sirven entonces esas pruebas. La respuesta es obvia: además de detectar los animales enfermos y eliminarlos de los programas de crÃa, sin duda tendrás más garantÃas de la salud de tu cachorro.
Displasia de cadera en perros:
La displasia de cadera es la afección hereditaria más frecuente en las razas de perros de gran tamaño. Consiste en una malformación de la articulación de la cadera, por lo que la cabeza del fémur no encaja completamente en su acetábulo (en la cadera). Es una enfermedad poligénica, es decir, que muchos genes están involucrados. Las caderas displásicas son recesivas frente a las normales, por lo que puede saltar varias generaciones antes de aparecer. Sin embargo, el porcentaje de cachorros normales en una camada aumenta con cuántas más generaciones anteriores estén libres de la enfermedad. Puede afectar a uno o a ambos lados de la cadera.
Tiene además una componente ambiental, es decir, factores ajenos al genotipo del animal pueden contribuir al grado de severidad de la displasia, agravándola o haciéndola más leve. Sin embargo, un perro libre de displasia nunca se verá afectado a causa de factores ambientales. Entre éstos tenemos:
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Defectos o excesos nutricionales:
Los defectos se ven sobretodo en animales alimentados con dietas caseras, ya que carecen de un determinado nutriente en la cantidad adecuada. En las dietas comerciales de calidad no se dan.
Los excesos vienen dados fundamentalmente por una sobrealimentación o una suplementación innecesaria de algunos nutrientes como vitamina C o calcio. Normalmente ésto se hace con la intención de ayudar al cachorro a que crezca sano y fuerte. Pero lo que ocurre es justo lo contrario. Si se sobrealimenta al cachorro, éste gana mucho peso rápidamente y sus huesos no pueden soportarlo. Se ha demostrado que podemos reducir la severidad de la displasia de cadera ralentizando la tasa de crecimiento del cachorro durante los primeros 6 meses de vida, sin que se penalice su talla adulta.
En el caso de la vitamina C, se sabe que interviene en la fabricación de colágeno que es uno de los componentes del cartÃlago, huesos y otros tejidos que componen la articulación. Pero su suministro extra no está justificado, sobretodo por el hecho de que los perros son capaces de sintetizar su propia vitamina C (al contrario que los humanos). Además se ha comprobado que la vitamina C en exceso, desequilibra el balance de calcio del cachorro, por lo que realmente incrementa el riesgo de algunas enfermedades óseas, incluÃda la displasia de cadera.
Con el caso del calcio pasa algo parecido. Se suelen dar suplementos por ayudar supuestamente a que los huesos sean más fuertes, pero de nuevo se ha visto que demasiado calcio ralentiza la conversión de cartÃlago en hueso, por lo que aunque el hueso crezca, no tiene la dureza que debiera, y es más propenso a romperse o deteriorarse.
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Factores que afectan al desarrollo:
Como un ejercicio inadecuado o excesivo durante el crecimiento del cachorro, como por ejemplo que salte demasiado o que esté expuesto a superficies resbaladizas durante un perÃodo largo de tiempo.
El perro afectado por displasia manifiesta una cojera del tercio posterior más o menos marcada en función de su gravedad. Puede llegar incluso a la invalidez absoluta.
La displasia de cadera se diagnostica de forma definitiva a partir de los 2 años mediante una radiografÃa. Se miden diversos parámetros y en función de los mismos se dice si el perro está libre o si está afectado. En este caso existen diferentes grados. En estas fotos puedes ver la diferencia entre una articulación sana de una afectada de forma severa.


En España los organismos oficiales para realizar pruebas de displasia reconocidas a nivel internacional son AVEPA, AMVAC o SETOV. Mi consejo si buscas un cachorro: pide los certificados de displasia de ambos padres al criador. En jungla Negra Ecuador disponemos del certificado de AVEPA por parte delmacho, que proviene de España y se le realizaron las pruebas. En Ecuador somos el único criador que dispone de este certificado de AVEPA (normativa diagnóstico de displasia de cadera en España).
Como se ha comentado, la displasia de cadera tiene varios grados de gravedad. El sistema más utilizado en Europa y por lo tanto en España, utiliza 5 clases diferentes para dar a conocer el estado de las caderas de los perros tras ser radiografiados:
A: LIBRE DE DISPLASIA. La cabeza del fémur y el acetábulo encajan perfectamente y el ángulo acetabular o ángulo de Norberg (en la foto) es 105º o más. El borde craneolateral aparece netamente definido y ligeramente redondeado. El espacio articular es escaso y estrecho. En caderas excelentes el borde craneolateral rodea la cabeza femoral en dirección laterocaudal.

Cadera normal

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A: LIBRE DE DISPLASIA. La cabeza del fémur y el acetábulo encajan perfectamente y el ángulo acetabular o ángulo de Norberg (en la foto) es 105º o más. El borde craneolateral aparece netamente definido y ligeramente redondeado. El espacio articular es escaso y estrecho. En caderas excelentes el borde craneolateral rodea la cabeza femoral en dirección laterocaudal.
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B: CASI NORMAL, GRADO TRANSICIONAL. La cabeza femoral y el acetábulo son ligeramente incongruentes y el ángulo de Norberg es 105º o más; o también puede darse que cabeza y acetábulo encajen perfectamente como en una cadera normal y que el ángulo de Norberg sea inferior a 105º.
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C: DISPLASIA LEVE. La cabeza y el acetábulo del fémur son incongruentes, no encajan. El ángulo de Norberg es superior a 100º y/o hay un pequeño aplanamiento del borde craneolateral. Pueden aparecer irregularidades o ligeros signos de cambios osteoarticulares, incluso en la cabeza y cuello del fémur.
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D: DISPLASIA DE CADERA MODERADA. Existe una incongruencia clara entre la cabeza femoral y el acetábulo con subluxación (desplazamiento de la cabeza del fémur respecto al acetábulo). El ángulo de Norberg es superior a 90º. El borde craneolateral está aplanado y existe una clara malformación de la articulación en general.
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E: DISPLASIA SEVERA. Hay señales muy marcadas de displasia en las caderas, como luxaciones y subluxaciones. El ángulo de Norberg es menor de 90º, con un borde craneolateral plano, deformación de la cabeza del fémur (puede aparecer con forma de hongo, aplastada, etc) u otros signos de osteoartrosis. En la foto, cadera con displasia severa.

A la hora de criar, los ejemplares con grados D y E están totalmente desaconsejados y jamás deberÃan ser usados en un programa de crÃa. Para el resto depende en gran medida de la normativa de cada raza y paÃs en concreto. En el caso del Alaskan Malamute se suele aceptar cruzar ejemplares que tengan hasta un grado C con la condición de que la pareja sea de grado A. Un grado B podrá ser usado con otro grado B o con un A, y un A obviamente con un B y un C. Sólo asÃ, respetando estas normas y estudiando la genealogÃa de las lÃneas, se podrá ir eliminando la incidencia de esta enfermedad.
Por ello también es muy recomendable conocer las distintas notaciones de los grados de displasia que se usan en otros paÃses, con el fin de estar seguros que el cruce es adecuado.
Comparativa de grados de displasia de cadera
Si se quiere tener una camada de forma responsable, uno de los factores a tener en cuenta es la salud genética de los futuros padres y la displasia de cadera es la enfermedad hereditaria más común sobretodo en razas grandes como el alaskan malamute. Por eso debemos estudiar los pedigrees de nuestros perros para buscar el grado de displasia de sus antecesores, con el objetivo de intentar que no nazcan cachorros displásicos.
El sistema más usado para determinar los grados de displasia de cadera es como hemos visto el de 5 clases divididas en grados A, B, C, D y E, de cadera normal a cadera severamente afectada. No obstante en otros paÃses se usan otro tipo de notaciones, incluso es común subdividir los grados en A1, A2, B1, B2, ect. para poder comparar con otros sistemas y es importante conocer las equivalencias. Aquà están las más comunes:

* Nota: En EEUU el principal organismo de control es OFA (Orthopedic Foundation for Animals), y su sistema es otro de los más utilizados. Ya que el Alaskan Malamute es originario de Norteamérica tendremos que tener muy presente su notación.
** Nota: Australia y Reino Unido comparten el mismo sistema de graduación, el de la BVA (British Veterinary Association). El grado de displasia se presenta como una puntuación de cada lado de la cadera. La puntuación total de la cadera es la suma de los puntos asignados a los 9 aspectos que se examinan en cada radiografÃa. Como se ve, el mÃnimo es 0 y el máximo es 106 (53 para cada lado de la cadera).
Método PennHip para el diagnóstico de la displasia de cadera:
El método PennHip (Pennsylvania Hip Improvement Program) surge en la Universidad de Pennsylvania en 1983 gracias al Dr. Gail Smith, como método alternativo a las radiografÃas tradicionales para evaluar si un perro tiene o no displasia de cadera y su grado.
El fin del método PennHip es predecir si el perro va a sufrir de osteoartritis o enfermedad degenerativa de la articulación, que es lo que caracteriza la displasia de cadera.
Para ello se hacen tres radiografÃas de la cadera en posiciones muy concretas: una de distracción (para la que se usa un "distractor", el aparato que muestra la foto de abajo), una de compresión y otra con la cadera extendida. Las de distracción y compresión son las más importantes, ya que se usan para obtener medidas precisas y fiables de la laxitud articular y su congruencia (que la articulación "encaje" correctamente):

La radiografÃa de extensión de la cadera es la misma que se usa en el diagnóstico tradicional de la displasia de cadera y se usa en el método PennHip únicamente para obtener información adicional sobre la existencia de osteoartritis.
Las grandes ventajas del método PennHip son:
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Permite evaluar perros desde las 16 semanas de edad. Es decir, a los 4 meses de vida, ya es posible determinar si un cachorro es candidato a desarrollar displasia de cadera o no. Con esto, puede ser una gran herramienta en la crianza selectiva de perros de raza o trabajo. De hecho, en razas con una alta incidencia de displasia de cadera se usa cada vez más.
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Al realizar las radiografÃas en la misma posición y con el mismo instrumental, el resultado es siempre el mismo, haga quien haga las radiografÃas y sea cuál sea la edad del perro. Son mediciones objetivas. Además las radiografÃas se envÃan para su tramitación directamente a la Universidad de Pennsylvania, luego sólo ellos dictaminan acerca del resultado.
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Los veterinarios que quieran realizar radiografÃas bajo este método deben aprender el mismo a través de los cursos organizados por la Universidad de Pennsylvania, por lo tanto, todos reciben la misma formación.
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Diversos estudios muestran que gracias a este método es posible reducir la incidencia de la displasia de cadera dentro de un grupo de individuos (lÃnea de sangre, o una raza concreta) mucho más rápido que los métodos tradicionales.
Sin embargo, el método PennHip todavÃa no es muy conocido y su gran desventaja es que el certificado final tras la evaluación de las radiografÃas es difÃcil de entender y difiere mucho de la clasificación tradicional de la displasia de cadera en grados A, B, C, etc según el sistema FCI o Excellent, Good, Fair, etc de OFA. Además pocos veterinarios están aprobados para hacerlo.
En la siguiente sección puede ver varios certificados de PennHip y te muestro cómo interpretarlos:
Certificados PennHip: cómo son y cómo entenderlos
En la anterior sección hemos visto en qué consiste el método PennHip para la evaluación de la displasia de caderas en perros. Sin embargo, acabábamos diciendo que una de sus grandes desventajas es que los certificados son difÃciles de entender porque son muy distintos a los certificados tradicionales de displasia de cadera, donde se da una clasificación concreta del grado de displasia del perro.

Si las vemos en detalle:

El apartado A evalúa la conformación de la cadera izquierda (left), en concreto:
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El Ãndice de Distracción (DI), que en este caso es de 0,71
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La existencia de degeneración articular (DJD), que no hay en este caso
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La existencia de cavitación, que tampoco existe. De existir cavitación, el resultado de la DI podrÃa ser erróneo y deberÃa repetirse la prueba pasado un tiempo.
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Y si hay otras observaciones a destacar; no se hacen.
Y luego en la casilla grande de la derecha se dice lo siguiente: "El DI es mayor de 0,30 sin evidencia radiográfica de DJD. Existe un riesgo elevado de desarrollar DJD según aumenta el DI; Riesgo bajo es cuando el DI se acerca a 0,30; Riesgo alto es cuando el DI es cercano a 0,70 o superior". Por lo tanto deberemos considerar que la cadera izquierda de esta perra tiene un riesgo muy alto de ser displásica. Y si no lo es en ese momento, puesto que recordamos que el PennHip se puede realizar a partir de los 4 meses de edad, y en este caso se ha hecho a los 5 meses como indica la cabecera del certificado, presenta un riesgo muy alto de desarrollar displasia en un futuro.
En el apartado B, se evalúa la cadera derecha (right) de igual forma, concluyendo que su grado de DI es de 0,75, ¡aún peor! Obviamente lo que interesa por tanto, es obtener un DI lo menor posible. Por si fuera poco, más bajo aparece:

Aparece una barra de percentiles que compara el resultado obtenido por ese perro en concreto con respecto al resultado de los perros de su misma raza evaluados hasta el momento, indicando cuál es la media para esa raza en ese momento (cuantos más perros se evalúen, más fiable será el resultado claro está).
Si vemos, cuando más a la izquierda, más elevado es el percentil: los perros con caderas más sanas estarán cercanos a este extremo. Por el contrario, a la derecha son los perros con caderas más "sueltas" (looser) o displásicas. Como la flechita marca que la perra está en el percentil del 10%, significa que sólo un 10% de perros de su misma raza tiene peores caderas que ella y por lo tanto un 90% las tiene mejores. Se puede decir que el resultado es realmente muy malo, de hecho, la perra fue esterilizada para retirarla del programa de crÃa.
En cambio, mira este otro certificado PennHip:

Con todo lo que te he explicado anteriormente, este certificado arroja un resultado excelente ¿verdad?